¡Nunca has visto nada como esto! Barro para limpiar la cara. ¿Es una buena manera para cuidar de nuestra cara, o quizás sólo otra idea de los fabricantes para hacernos gastar más dinero? La marca Glamglow nos da la respuesta en forma del Powercleanse™ Daily Dual Cleanser foam.
Resulta que el barro tiene ciertas propiedades muy valiosas. Contiene minerales, microelementos y sustancias limpiadoras responsables de nutrir y del efecto antienvejecimiento. Elimina todas las toxinas, células muertas de la piel y limpia los poros. Además, el barro suaviza las irritaciones e inflamaciones de la piel, tonificando y suavizando al mismo tiempo. Puede resultarte muy útil en caso de soriasis, acné, excreción de sebo excesiva o dermatitis atípica. Lo más interesante es que el barro es excelente para las compresiones usadas en el reumatismo. Estos son los efectos con los que cuenta Glamglow al lanzar la espuma limpiadora con barro. El producto está enriquecido con aceites, pero no te preocupes, no cambia su consistencia ni su durabilidad.
¿Cómo es posible?
El barro y el aceite en el frasco de Powercleanse™ Daily Dual Cleanser están separados para mantener al máximo la potencia durante el almacenamiento. El envase tiene compartimentos de manera que el barro y el aceite tienen pequeños frascos individuales con aplicadores separados. Al presionar el dosificador sale una dosis del producto (tanto aceite como barro), que es suficiente para limpiar la cara. Añade algo de agua, mézclala y aplícala en la piel. Realiza un masaje facial en movimientos circulares y aclara.
¿Qué tiene de especial la espuma limpiadora Powercleanse™ Daily Dual Cleanser de Glamglow?
La combinación del barro y el aceite tiene propiedades extraordinarias. En primer lugar, elimina todas las toxinas, el sebo y el maquillaje, incluso los cosméticos impermeables. En segundo lugar, la piel queda fresca, suave y bien nutrida. En tercer lugar, la capa lipídica protege nuestra piel de la radiación del sol y la contaminación. En cuarto lugar, nuestra cara queda protegida no sólo por el barro, sino también por los aceites de mandarina y pera, el caolín, el arroz, la soja y los extractos de avena. Tal vez revolcarse en el barro no sea tan mala idea después de todo.
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